Política Al Margen
Por Jaime Arizmendi
*Guerra ¿Soterrada? Por San Lázaro y 15 Gobiernos
Estatales
*Suspirantes, ni voz de Arranque Esperaron
Argonmexico /
Los
muertos que vos matáis ¿gozan de cabal salud?... En 2021 se realizará la mayor
renovación de puestos de elección popular en México. Será una prueba de fuego
para el Instituto Nacional Electoral (INE) porque estará obligado a garantizar el
respeto al voto, cuando se elegirán 500 diputados federales (300 por mayoría
relativa y 200 plurinominales), los locales en 30 entidades del país y las
alcaldías en 30 estados; sobresale que se votará por 15 nuevos gobiernos.
Aparte de la complicación
técnica de su organización, el proceso electoral 2020-2021 arranca en
septiembre próximo y será el más grande y complejo en la historia moderna del
país. la contienda se anticipa de las más ríspidas, cuando el partido Morena buscará
conservar su mayoría en San Lázaro, para consolidar su proyecto de nación; con
una oposición que intentará recuperar lo perdido en 2018.
Y mientras los morenistas (y
sus aliados PT, PVEM y otros) se ven obligados a resolver pronto su división
interna; de su lado, los partidos de oposición (PAN, MC y lo que queda del PRD,
quizá junto al PRI), podrían marchar unidos para rescatar los espacios de poder
que se les fueron de las manos en julio de 2018.
Aunque se avizora que el
objetivo de ambos bandos será alcanzar la mayoría en la Cámara de Diputados federal
y que puedan profundizar o contener las iniciativas de Morena, se pugnará
además por reconducir el presupuesto de la Federación y su consecuente reorientación
de la política económica del país.
Para lograrlo, los institutos
políticos habrán de realizar este año procesos de restructuración interna para
tratar de convencer de sus “bondades” a la ciudadanía. Es el caso del PAN, el
cual modificará sus estatutos; el PRD, en tanto, para no seguir hacia su
extinción y no perder su registro, vislumbra hasta cambiar de nombre.
Obvio, cada bloque partidista
luchará al mismo tiempo por mantener las gubernaturas en su poder y, de ser
posible, aumentar el número. Ahora, el PRI gobierna ocho de las 15
administraciones en disputa (Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí,
Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas); el PAN (Baja California Sur, Chihuahua,
Nayarit y Querétaro); Morena, Baja California; PRD, Michoacán; y el
independiente en Nuevo León.
O sea, con la pelea por 21,368
cargos y 15 gubernaturas, el mapa político de México podría cambiar de colores
partidistas con base en dos aspectos: el respaldo o castigo a la actual administración
federal que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, con lo cual se
calificará su mandato, a la mitad del sexenio.
Es evidente que el proceso
electoral que concluirá en junio de 2021 será clave, cuando la Cámara baja es una
instancia necesaria para que el Congreso de la Unión apruebe o impulse las
reformas y leyes del gobierno lopezobradorista.
Vale recordar que actualmente,
Morena y sus aliados tienen una fuerza histórica de legisladores federales con
338 curules a su favor (320 surgidos de la coalición Juntos Haremos Historia:
254 de Morena, 40 del Partido del Trabajo y 26 de Encuentro Social, luego
reforzados por 13 del Partido Verde y cinco experredistas declarados “independientes”.
Todos dispuestos para aprobar las leyes de la Cuarta Transformación.
Así, fuerzas políticas como
el Revolucionario Institucional (PRI) se jugarán su sobrevivencia en las ocho
entidades bajo su férula; el de la Revolución Democrática (PRD), expone su
último bastión, el único estado que gobierna.
A su vez, Acción Nacional
(PAN) tratará de mantener su dominio en los cuatro estados que podrían mudar a
Morena, aunque también luchará por ampliar sus gubernaturas, porque en las 15
entidades en disputa en 2018, ganó las senadurías de mayoría relativa en siete
estados, con el mayor número de votaciones en ese rubro.
En Nuevo León, donde
gobierna el independiente Jaime Rodríguez Calderón, el PRI y el PAN tratarán de
volver a gobernar como en años anteriores, pero podrían tener competencia ante
Movimiento Ciudadano que impulsaría al senador Samuel García; o con Morena y su
carismática y muy posible candidata Tatiana Clouthier.
Pese a las resistencias de
Jaime Bonilla, el gobernador que quiso extender su mandato a cinco años, cuya intención
fue declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el
partido de AMLO buscará refrendar su dominio en Baja California.
Con todo, Ciro Murayama,
consejero del INE, presentó el 4 de junio el diagnóstico “Hacia la construcción
del proyecto de presupuesto del INE en 2021: la dimensión de la responsabilidad
institucional”, en cuya exposición estimó que las del próximo año serán las
elecciones más grandes de la historia.
En los comicios podrán participar
los 94 millones 800 mil ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral; cerca de
cinco millones más que en 2018. Y se requerirá la instalación de 161 mil
casillas de votación, cuatro mil más que en 2018.
El INE pronostica que para la
renovación de 30 congresos estatales y sus mil 63 diputados locales; los mil 926
ayuntamientos y juntas municipales, en 30 entidades; se deberán contratar más
de 50 mil supervisores y capacitadores estatales.
También se estima que en 10
estados se podría implementar el voto electrónico para los mexicanos residentes
en el extranjero: Baja California Sur, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán,
Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas y el diputado migrante de
Jalisco.
Es de anotar que ahora, Morena
y sus aliados tienen el dominio en 20 congresos estatales, por lo que buscarán
mantener esta hegemonía, instancias claves para aprobar reformas
constitucionales a nivel federal; ya que, por Ley, los cambios a la
Constitución que apruebe el Congreso de la Unión, deben ser validados por la
mayoría de las cámaras legislativas de las entidades del país.
Oficialmente, los procesos
comiciales programados para que los votantes acudan a las urnas el primer
domingo de junio de 2021, iniciarán en septiembre de este 2020; pero nadie
puede ignorar que la carrera por las candidaturas partidistas ya arrancó,
porque mujeres y hombres suspirantes por la nominación están desde hace tiempo
en esa pugna de cuerpo y mente plena. Porque,
es un hecho, camarón que se duerme, se lo
lleva la corriente contraria...
Argonmexico Agencia Informativa le reitera a Usted,
amable lector, la apertura para recibir sus comentarios, artículos periodísticos
y otras colaboraciones que deseen publicar en nuestro portal www.argonmexico.com Sólo le recordamos que no damos tregua ni espacio a
rumores, ni a la diatriba fácil.
.
ALVARADO, MI BARRIO BRAVO DE LA FUENTE.
+ El tren y lo que el tiempo se llevó…
+ Juventud que dejó gratos recuerdos…
+ Mis amigos y mis aventuras de ayer…
+ Personajes de la historia del lugar…
Ruperto
Portela Alvarado.
Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas. A 5 de Agosto de 2017.- “¿Qué sos un garufa?. No Ché,
soy un ciudadano del mundo que en el castellanos vulgar quiere decir un vago
cualquiera”. Yo anduve por todos
lados, de arriba abajo; desde el Barrio de la Fuente hasta por el
del Parque Deportivo; la calle Doctor Luis E. Ruiz, Paso
Nacional y Las Escolleras. Visité la colonia Valente Cruz y
de todo tengo un poquito de historia.
¿Qué será?, a
los doce o trece años, allá por 1963 o 1964, llegué al Barrio de la Fuente, a
la casa de mi tío Ángel Portela Sánchez para que de alguna manera me
corrigiera mi rebeldía. Pero no sé qué pasó, porque muchos dicen que quedé peor
con el remedio que la enfermedad.
El Barrio de la
Fuente fue un antecedente de mi vida, donde siempre, y como ahora, fui feliz,
que sigo siendo. Recuerdo aquella línea de calle que marcaban las vías del tren
y las múltiples casas desordenadas, donde se entraba por un callejón e ibas a
salir por otro lado imprevisto. Era el asiento del ferrocarril que llegaba a
eso de la una de la tarde cuando un puñado de chamacos nos colgábamos –en un
juego peligroso-- de sus estribos y subíamos para viajar cien o doscientos
metros en el.
Recuerdo que
entre sus maniobras, el tren “tomaba agua” –porque creo ahora que era
de vapor—de un gran tanque o pozo de más de ocho metros de diámetro y
profundamente hondo. Ahí los intrépidos jovenzuelos del barrio lo utilizaban
como alberca para nadar, ¡aunque fuera peligroso!. Enfrente de la estación
y el tanque estaban los depósitos de gasolina de unos “magnates” –de
ese tiempo— de apellido Vives, y a un costado el muelle “Las
Águilas” donde muchos aprendimos o íbamos a nadar.
El muelle
del “Águila” era una especie de ensenada, laguna donde se amarraban
los botes, las lanchas que les dicen ahora. En ese lugar también se iba a bañar
los caballos que Dimas Zamudio alquilaba en las fiestas de octubre. Ahí está
hoy una gasolinera que algunos comentan que es propiedad del ex presidente
municipal, Orive García Mora y familiares, o quizá ya la vendieron.
Este barrio bravo, donde nadie podía entrar porque era territorio de sus
habitantes, inicia donde está el mercado público del boulevard Juan Soto, hasta
lo que era entonces la planta del Puerto Pesquero Piloto de Alvarado.
Pero allá por donde hoy es la colonia “Valente Cruz”, el
tren hacía sus maniobras en un lugar que le llamaban “el cambio”, en que
la máquina-locomotora tomaba su posición delantera para jalar los vagones.
Mientras tanto nosotros y otros chamacos que bajaban al barrio, le ponían las
corcholatas para que el tren las aplastara y afilara, con lo que hacíamos los
gallitos que cruzábamos con hilo por dos orificios. Por esa colonia, mi
tío Ángel Portela Sánchez abrió una tienda que, como estaba tan
lejos, la bautizó con el nombre de “Veracruz”. Ahí dio su vida mi primo
Luis “Güicho” Portela Cruz como administrador primero y luego como
único propietario.
Muy presente lo
tengo yo. En “La Fuente”, era en la cantina “El Gallo Rojo” propiedad
de mi tío Ángel Portela Sánchez, donde se reunían los trovadores
como “Lito Rompe Teja” y el compositor por excelencia, Pablo
Zamudio Rosas, el ínclito alvaradeño, “Pablito Coraje”. Seguramente
que ahí escribió su creación: “La Basura” que muchos dicen que le
dedicó a una de sus mujeres más queridas: Senobia, la que
supongo se apellidaba Cruz y era hermana de Pastor Cruz, “Machirula”.
“La historia
contaré de una ramera/ basura que ensució mi pobre vida/ me asquea recordar esa
perdida/ pero es que me lo exige la razón…”. Así inicia esta canción como
también “La Bagatela”, otra no menos despechada: “que no te quiere
esa mujer/ que anda con este y con aquel/ y tú te mueres y no
quieres comprender/ que no te quiere esa mujer./ Que mándala al caramba que
ande y ande/ con cuanto mequetrefe quiere andar/ contigo claro está se cree muy
chicha/ que chicha ni que nada/ te quiere apantallar./ Ya es hora de que saques
las espuelas/ y que a esa bagatela/ la mandes a volar”. ¡Fabuloso Pablito
Coraje!.
Eran tiempos de Carlos Gardel, del tango en México y en
el “Gallo Rojo” había muchos que las interpretaban muy bien, como mi
tío Ángel Portela Sánchez a quien ya lo recuerdo cantando: “ladrillo
está en la cárcel, el barrio lo extraña/ sus dulces serenatas
ya no se oyen más./ Los chicos ya no tiene, su amigo querido/ que siempre
moneditas les daba al pasar./ Los jueves y domingos, se ve una
viejita, llevar un paquetito al que preso está/ de vuelta la viejita
los niños le preguntan/ Ladrillo cuando sale, solo Dios sabrá”.
Ángel Portela Sánchez, como su hijo Angelito Portela Chávez
“El Auténtico”, fueron bohemios y el ambiente del arrabal –como le decía en sus
canciones “Pablito Coraje”—cantaban tango, boleros y guarachas.
Interpretaban a Pedro Infante, a Julio Jaramillo, Gil Olvera “el órgano
que canta”. Los acompañaban el amigo “Lito Rompe Tejas” con su
vozarrón y guitarra.
En esos vaivenes también participaba el joven Mario Ramón
Ramón, “El Mochilongo”, al que supongo Pablito Coraje le hizo
este verso: “El joven Mario Ramón Ramón/ un muchacho joven y fuerte/
logró el negro de la fuente, dejarlo sin pantalón”. Y de la misma
manera, que si no lo era, “El Mochilongo” se creía
el Pedro Infante” del barrio. Tocaba la guitarra y cantaba el buen
mozo y arrollador con las mujeres del barrio, aparte de ser un diestro, ágil en
la matanza de puercos como su hermano Prisciliano “El Pichi”, quien por la
madrugada en plena labor de destazado de los animales, pedía su “santo
trago para curar el estérico”.
Al “Gallo
Rojo” llegaban: Porfirio González Morales, “El Etíope”, que
entonces era Jefe de Casa de Máquinas del Puerto Piloto; los dirigentes del
sindicato de esa empresa, Carbajal, Escalera y Robert, por
mencionar algunos. Por cierto, yo era el que tenía que ir hasta el mercado a
buscar un esporádico taxi hasta el mercado para llevar a los ebrios a sus
casas, porque en ese entonces el servicio no llegaba hasta esa parte del
barrio.
Yo era el
utility de esa cantina-tienda-carnicería: mesero, mandadero, ayudante de
nacatero. Me tocaba ir a despertar al matancero “Mario Mochilongo” a
su casa, al lado del panteón, a las dos de la mañana. Me acompañaba un enorme
perro, tan grande y manso, pero apantallador como su nombre: “La Fiera”.
Había otra perra de raza policía que se llamaba “Tania” que si era
brava como mi tía Juana Bravo Portela.
Por cierto, mi tío era proveedor de carne de puerco al
restaurante del Puerto Piloto y a mí me tocaba llevar la pesada paila repleta
de mercancías, en la cabeza. Una de esas madrugadas en que también llevábamos
el producto al mercado, se me atraviesa “La Fiera” y que toda la
carne se va a la tierra y se tuvo que tirar porque la arena no se le sale ni
lavándole.
Como sabrán, el personaje ícono del barrio era “El Negro de
la Fuente” que se hizo famoso por todo el universo alvaradeño, por su
supuesta hombría, tamaño y color firme; pero en realidad era un paria al que
por su imagen, se le tenía miedo, siendo en verdad un buen hombre. También hay
que anotar a “Ramirito” (hermano de Juana Ramírez “La Papaya”)
el que daba los pronósticos del tiempo en el mercado público municipal.
Gritaba: “Estado del tiempo para la tercera región, de Punta Delgada a
Coatzacoalcos, incluyendo los puertos de Veracruz, Alvarado y
Santecomapan. Vientos fuertes del norte con rachas huracanadas, pasando a
moderadas en el transcurso del día”.
Otro gran personaje fue mi tía Juana Bravo Portela, una
mujer bragada de casi 120 kilos, que no se le notaban por su altura y
fortaleza. Fue quien acuñó la frase aquella de “a mí ni la v..g.a me
pelan”. Hay historia de la prima de mi papá Celedonio
Portela Sánchez, que en otra ocasión voy a contar.
Al lado de la cantina que también era tienda de abarrotes y
venta de carne de puerco, chicharrones, cervezas, botanas, licores curtidos de
frutas y otros derivados alcohólicos, vivía una señora a la que le
decíamos “La Chaparra”. Al otro costado Olga Rojas quien
tenía varios hijos: Joel, David, José, pero sobre todo dos hijas
preciosas: Lourdes e Irma Hernández Rojas, de quien guardo
gratos recuerdos.
No se pueden olvidar aquellas hermosas chamacas: Virginia y Nelly, hijas
de don Pastor Cruz “Machirula”, y Martha a quien junto con
sus hermanos: “El Güero Félix”, Pancho, Beto “El Diablo Verde” y Toño,
les decían los “Come Tripa”, hijos del señor Antonio Reyes,
“Don Toño”, un hombre humilde y bueno que se dedicaba a cargar y vender agua
con dos latas atadas a un madero que cruzaba en sus hombros.
No se me debe olvidar mi prima Virginia Alvarado Román, con
quien me he vuelto a encontrar, aunque sea a la distancia y a través del
Facebook. Por ahí también vivía mi amiga y compañera de equipo en
atletismo y extraordinaria corredora de 75 y 100 metros planos, Sandra Luz
Padrón Arredondo, con quien he vuelto a tener una comunicación permanente,
agradable y respetuosa. Recuerdo a sus hermanas, Flora y Rosa
María, más otra de la que no recuerdo su nombre. Igual me viene a la
memoria Carmen, una morenita a la que le puse “la de la cadenita” por
una anécdota de un carnaval.
Debo recordar a mis amigos de ese barrio bravo de La Fuente,
como Fernando Zamorano “Chamarra” que era muy amigo de “Mario
Mochilongo” y su hermano Ramón Zamorano “El Sapo”, hijos de don Victórico
Zamorano, que si no me equivoco era quien sacaba los chicharrones con sus
manos, directamente de la paila hirviente. Buena amistad tuve con Alfonso
Cáceres “El Chilango” y sus hijos Julio “Julipo”, “Fonchito”, a
los que le decían “Los Buchones”. Fue una gran época, como todas las que
uno viven en plenitud.
En el Barrio de
la Fuente y por toda la vía del ferrocarril filmaron la película: “Las
Aventuras de Joselito y Pulgarcito”, donde llevó un estelar el perrito al
que le decíamos el “carbonero” porque siempre andaba sucio. En el
film, ese perrito se comió a “Federico” que era un pescadito que los
niños actores cuidaban como su tesoro. “El Carbonero” era de la casa
de don Yiyo Herrera (Juan Francisco Herrera Ramón) y doña Lidia
Ochoa Castro, papás de amiga Delta, mi compañero de Secundaria, Dealberto y Coyillo
Herrera Caballero, quien fue nuestro manager del equipo de béisbol “El
Gallo Rojo”.
Ahí conocí a mi
amiga y después compañera en la Secundaria Rosana Valerio, hermana
de Persy, uno de los buenos beisbolistas y cátcher en la selección
Alvarado. También, hace mucho tiempo no veo a Lesvia Gómez Lara, quien
si no me equivoco casó con un amigo de nombre Maximino. Con ella llevé una
bonita amistad desde la Primaria y Secundaria, como lo fuimos de Loly
Pensado. Había otra muchachita que se llamaba Epifanía, menudita y buena
persona, a la que jamás volví a ver.
Pero no todo
era felicidad porque había un dejo de violencia al interior del barrio donde
proliferaban las cantinas, las prostitutas y las riñas que afortunadamente eran
a madrazos y escasas veces con un cuchillo de aliñar pescados. De esos
peleoneros eran “Los Come Tripa” que se juntaba con Teodoro
Ramírez Cruz, “La Prieta”, un negrito que presumía de malandrín, pero
que a la hora de la hora era puro pajarito nalgón. Su papá, don Teodoro
Ramírez “El Ojón”, era un pescador, hombre de buena actitud, amigo y
chambeador. A lo lejos recuerdo a unos muchachos a los que en el barrio le
apodaron “Los Werever”, porque su papá decía que eran de sangre azul.
Después del “Gallo Rojo” estaba la cantina de “Bocho”, un
viejo regordete de apellido Tágano, cuyo negocio estaba a la bajada a la
Fuente por la prolongación de la calle Aldama. Ahí se oía la música de Mike
Laure (La Fonda Chiquita, Mazatlán, Cero39) y otras más de
la Sonora Matancera, Sonora Veracruz y ya entonces la Santanera).
Ahí conocí a “La Múcura”, una mesera delgadita, pero con un
cuerpo modelado de guitarra. Preciosa la negrita con quien “Mario
Mochilongo” bailaba cotidianamente.
Había una cantina más en la bajada a La Fuente que se
llamaba “La Resbaladilla” y en pleno centro del barrio, “Las
Varillas”, propiedad de Juvencio Chávez y otra más adelante, donde su
dueño, José “Trijio” Valencia solo vendía chapo y otros preparados
con mucho alcohol. Por cierto, cerca de “Las Varillas”, mi tío Ángel
Portela tenía un terreno en el que antaño le sirvió de curtiduría de
pieles. Por ahí vivía mi tía María Antonia Portela Ramos quien
preparaba los alfajores de arroz y las jaibas rellenas que hicieron historia en
Alvarado y que vendía en las inmediaciones del atracadero del Ferry, Emilio
García Carpio, al que le decíamos, “García, Pata de Elefante”.
Ya abandonado ese terreno y acondicionado el lugar, se
celebraban bailes los sábados y domingos que amenizaba el extraordinario grupo
musical, “Los Pica piedras” de Diego Silva y su
hermano “El Pellejudo” –del que no recuerdo su nombre—pero que era
fabuloso con el estilo de la entonces maravillosa “Sonora Veracruz” cantando
aquella de: “Yo tuve un sueño feliz/ quise hacer una canción/ y mi
guitarra cogí/ puse todo el corazón/ volaron las palomas del milagro/ escuche
bien lo que escribí…”, creo que de un compositor
puertorriqueño.
No puedo
resistirme a recordar a mi tía Juana Bravo Portela, una mujer robusta,
fuerte y bragada, que no le temía a la policía y hasta se enfrentaba al
comandante municipal, “El Diablito”, al que una vez le puso de sombrero
una sandía. Otra de esas mujeres frondosas, enormes –o así las veía--
era Maura “La Mocha” Martínez Ramón, entre otras muchas que hicieron
historia en aquella época del Barrio Bravo de la Fuente.
Ahí aprendí a
tomar mis alipuses, pues con mis primos Güicho y Fallo
Portela, Raúl Zamorano Aldán; a veces Toño Rodríguez y otros
trabajadores, preparábamos el “chapo” de agras, nanche, jobo o la
fruta que se pudiera curtir. Cuando lo “curábamos” y envasábamos le
dábamos su probada que después eran tragos cada vez más grandes. Estábamos en
el medio, en el ambiente y oyendo la música de la Sonora Santanera,
la Sonora Veracruz –con mi bohío--, Carlos Gardel –Comparsita,
El Día que me Quieras-- Pedro Infante con sus “Cien Años” y
hasta “El Jibarito” Rafael Hernández con su inigualable “Lamento
Borincano”. No podíamos salvarnos de esa “contaminación” agradable.
Barrio
Bravo de la Fuente, no te podré olvidar porque mis primeros años de juventud
los pasé por esos rieles del tren, la música, la alegría y la compañía de
muchos de los que he mencionado y otros que me faltaron por anotar en este
recorrido histórico de mi memoria.
Con un saludo
desde la Ciudad del Caos, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; la tierra del pozol, el
nucú, la papausa y la chincuya.
Para contactarme: rupertoportela@gmail.com
Celular: 961 18 8 99 45.
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